|
Showing 1 - 17 of
17 matches in All Departments
Se podr a pensar que vincular la obra maestra "Cien a os de
soledad" de Gabriel Garc a M rquez con cuestiones teol gicas ser a
una locura. Sin embargo, en la novela del colombiano -como lo se
alara Joaqu n Marco en su Estudio introductorio a "Cien a os de
soledad"- "Aparecen abundantes elementos religiosos propios de la
liturgia cat lica" que sugieren que no se trata de una simple
casualidad; al contrario, todo parece que dichas referencias se dan
con toda intenci n. En el presente trabajo, Ernesto Garc a Uranga
toma su lupa y emprende una b squeda de las referencias a dogmas y
devociones cat licos presentes en "Cien a os de soledad." Usando
como aval a la Teolog a hist rica para justificar sus argumentos,
el investigador se da a la tarea de demostrar que el novelista
sudamericano desmitifica, de una manera deliberada, por medio de la
parodia, ciertos dogmas y devociones impuestos a los creyentes cat
licos por el Magisterio de la Iglesia. En este ensayo de ninguna
manera se sugiere que dichos dogmas y devociones deben ser
eliminados de la cultura religiosa cat lica; en su lugar, Garc a
Uranga deja en claro que, seg n lo entiende, la verdadera finalidad
de la desmitificaci n que lleva a cabo Gabriel Garc a M rquez en
"Cien a os de soledad" es la de conferir a los mencionados dogmas y
devociones una interpretaci n m s humana y menos divina a la luz de
la justicia social, pues en su forma actual carecen de verdadero
significado para el piadoso cat lico, y, lo que es a n m s grave,
no encuentran apoyo en las Sagradas Escrituras. "Se requiere," dice
el autor de este estudio -citando al decano de la Teolog a moral
cat lica, profesor Bernard H ring- "de un luto por parte de la
Iglesia, de la cabeza y sus miembros, por tantas doctrinas falsas
que son constantemente reafirmadas." De lo contrario, si el
Vaticano contin a haciendo gala de su terquedad, anteponiendo el
Derecho can nico a los Evangelios para la conducci n de la Iglesia,
se expone a que muchos cat licos simplemente le den la espalda. De
ah que sea imprescindible, remata el estudioso, que la Iglesia
entienda, como lo puntualiza Leonardo Boff, que "el esp ritu de la
modernidad no se orienta por la autoridad, sino por la participaci
n." En estos momentos de cambio las ovejas reh san permanecer
quietas en su redil, ya no se les puede obligar a que crean
ciegamente. De ah que se da por sentado que "Los seres humanos
libres" -como indica Mary E. Hines- "tienen el derecho a razones
claras por las cuales se les exige creer."
This is a reproduction of a book published before 1923. This book
may have occasional imperfections such as missing or blurred pages,
poor pictures, errant marks, etc. that were either part of the
original artifact, or were introduced by the scanning process. We
believe this work is culturally important, and despite the
imperfections, have elected to bring it back into print as part of
our continuing commitment to the preservation of printed works
worldwide. We appreciate your understanding of the imperfections in
the preservation process, and hope you enjoy this valuable book.
|
|